
1. Hace una semana ya… ¡una semana! Y, aún, no me he podido quitar de la cabeza los cánticos de los niños de la suerte.
2. El día 22 sonó el despertador a las 7h55 y no me quedé remoloneando pidiendo sonámbulo cinco minutitos más. No. Salté de la cama y fui corriendo al televisor. Era una mañana especial. Tenía ganas de sentarme en el sofá, acompañado de un calentito
colacao y un buen croissant a la plancha (mi preferido) para seguir, en directo, el gran sorteo de la Lotería Nacional…
El Gordo de toda la vida. Y, por supuesto: elegí La 1 de
Televisión Española. (Al igual que el 51,4% de la audiencia…toma ya)
3. El bombo empezó a dar vueltas. Los niños a soltar con sus voces de pito los premios. Y TVE comenzó a regalarnos su surtido de soporíferos planos. Hasta nos podían haber colado una reposición del
Gordo de 1975 y nos lo hubiéramos tragado todos.
4. Una semana después, en mi cabeza sigue sonando el eco de las vocecillas castas de los simpáticos (y gritones) niños de
San Ildefonso. No recordaba el sorteo tan insoportable. En fin…será el castigo divino que conlleva hacerse millonario o, en su defecto, ser un
telefriki.
5. Pero, lo que no tiene perdón, es que la corporación pública no haya innovado (la único nuevo fueron las pausas publicitarias) para dulcificar ese hueso de retransmisión y reconvertirla en más ágil, más entretenida y más visual.
6. Yo que sé… quizá meter un poco de contraste, un poco de conexiones con el pintoresco público del salón, un poco de multipantalla, un poco de información complementaria sobre impresionada, un poco de cabeza caliente, un poco de imaginación…
7. Aish. Si José Luis Moreno pillara el gordo… Otro gallo cantaría.

8. Ya lo estoy viendo:
María José Suárez y Juncal Rivero presentarían el evento, junto con Silvia Gambino que se metería en el papel de lotera corta. Lina Morgan y Santiago Segura sorprenderían a personas que tienen el boleto premiado y no lo saben. La propia voz en off de José Luis solucionaría los problemas de los telespectadores. Eso sí, a través de un teléfono 806. El mentalista Giucas Casella se introduciría en uno de los bombos para intentar sobrevivir al estampamiento, en su propio cuerpo, de las bolas de la suerte. Monchito, Rochefeller y Macario harían las veces de los interventores de la Lotería Nacional. Ellos sí que son de fiar. Mónica Naranjo cantaría sus grandes éxitos entre premio y premio. Además, la artista estaría acompañada por un ballet de vaqueros montados a caballo. Los niños de San Ildefonso serían sustituidos por unas simpáticas señoritas semidesnudas rusas y por unos maromos rubios (en calzoncillos, claro). Y, por supuesto, unas fuentes ornamentales decorarían los fondos del salón de Loterías y Apuestas del Estado.
7. Bueno. No sé. Ahora que lo pienso no lo hizo tan mal el equipo de Televisión Española…
8. Enhorabuena a los premiados. Y a Pepa y Avelino.